Un día despertamos y nos damos cuenta que nada es como lo habíamos dejado la noche anterior. Hay un proceso que tenemos que vivir, hasta llegar a darnos cuenta que estamos viviendo una vida diferente y que debemos hacer ajustes. Hacer cambios ya no es la pregunta, es un hecho, sin embargo, hay una pregunta importante para hacernos. El nivel de cambios que estamos viviendo, nos alcanza con solo “reordenar”, o ¿debemos ir más allá? Porque entendamos, reordenar; nos dice a nivel diccionario: poner nuevamente en orden una o varias cosas. Es decir, de lo que ya tenemos en nuestro haber, lo ponemos en orden diferente, lo reacomodamos, lo distribuimos de manera diferente, siendo los mismos elementos, el mismo modelo de negocio, a esto le damos orden o lo colocamos de diferentes formas, pero es el mismo, pues no cambia sustancialmente. Cuando los cambios que requerimos son más profundos, es ahí cuando entramos en un rediseño, pues el rediseño implica hacer una reflexión muy amplia, y detallada de como concebimos dicha cuestión, dígase negocio, plan de vida, trabajo, etc., cuando rediseñamos, estamos echando abajo el paradigma de lo anterior y comenzamos prácticamente de nuevo, rescatando, si algunas cosas, algunos principios, algunos cimientos que permanecerán, pero el resto se convierte en cuestiones completamente reemplazables, son por así decir, un lienzo en blanco sobre el cual, repintar nuevas perspectivas.
Rediseñar va muy atrás, muy desde los basamentos, buscar que hacemos con los cimientos, y comenzar a trazar nuevas posibilidades, esto sí bien es un proceso creativo, lleno de posibilidades, también es echar pasos hacia atrás y replantearse objetivos, destino, incluso propósito. Rediseñar nuevos planteamientos de vida, nuevos modelos de negocio, es aceptar y adoptar grandes cambios en nuestra realidad, buscando reinventar nuestro “Mind set”, reescribir el disco de nuestro imaginario y con pensamiento crítico tamizar lo que es esencial para nosotros de lo que no lo es, separar los elementos que en este preciso momento nos son de utilidad, y los que no, desecharlos. Vaciarnos para poder volver a llenarnos, imbuir nuevos pensamientos, nuevas preguntas, incluso nuevos miedos, que den paso a planteamientos frescos que traigan anhelos aderezados con cierta dosis de esperanza y nerviosismo. Rediseñar implica ponernos frente al espejo y vernos con ojos diferentes, empoderados y aunque tal vez con canas en las cienes, jóvenes de corazón y hambre de caminar en el presente construyendo (rediseñando) un nuevo futuro.