CésarAlemán

La oscuridad de la Luna

De entre las tantas maravillas que Dios nos regaló, la Luna es por mucho una de mis favoritas, con sus fases y sus caras, sus contornos caprichosos que cambian y se transforman, ¡ay! si yo te contará de la luna, cuantos sueños, cuantas alegrías y cuantas lágrimas hemos vivido juntos, ¡ay! si yo te contará de la luna, esa misma que hoy admiras grande y luminosa, me ha sabido mostrar su oscuridad, tinieblas de ausencia, que seguro estoy que, si estuvo ahí, pero qué tal vez por pena o lastima de mí, esas noches no se asomó. Hermosa despampanante y a veces orgullosa, la luna es por mucho de las favoritas, la mejor, en ella confesé mi locura y pasión por el amor que llegó, pero también la amargura por ese mismo que se fue, ¡ay! si yo te contará de la luna, que con gritos le decía lo feliz que puede ser, sí yo te contará de la luna, cuando sentado en la soledad de la playa un día, a un paso y un impulso de la muerte quería estar. Grande y bella, o escuálida y lejos, la luna y yo tenemos una historia, o más bien dos, una loca y llena de amor y otra triste y con desazón, amiga mía, si yo te contará de la luna. Si te contará de la ausencia que a veces se siente aun estando acompañado, la luna refleja el lado negro y fúnebre de lejanía, que no es solo sino ausencia de sentirse valorado. Hay mucho que decir de la luna, y tanto que callar por no saber cómo expresar eso que, con palabras, simplemente no se puede expresar. La Luna y yo tenemos una historia que callar, para así poder admirar igual y un poco más, el amor y fascinación de mi por la Luna.