CésarAlemán

Te veo, vivimos juntos, pero NO te conozco

Hoy quisiera desmitificar que a causa de los móviles y las redes sociales los individuos ya no interactúan y las familias ya no conviven, solo viven en un mismo lugar.

Hay muchas más cosas y se han venido acumulando desde mucho más tiempo, según yo hay 6 grandes apartados que han abonado a este fenómeno de tener roommates más que una familia.

¿Marco sistema capitalista – El dinero es la base de TODO – Cuáles son los verdaderos valores o prioridades desde los años 40s? ¡Dinero!!! –  veníamos saliendo de la gran depresión y años de construcción de México. La pobreza y la escasez era el gran reto a vencer. conforme pasan los años y el capitalismo avanza y la modernidad nos alcanza, llego el confort y pensar que tener cosas materiales era el objetivo – nace el marketing y nos pone en perspectiva que el éxito es Dinero – poseer !!!, Nos vendieron la idea que, comprando X, Y o Z alcanzaríamos la felicidad, nos montamos a ese tren y por más que a nivel individual experimentamos sensaciones de fracaso y descubrimos que eso NO es la felicidad, sin embargo, nadie quiere regresar a “sufrir escasez” y en nombre de dar TODO a los hijos y la pareja, les robamos nuestra presencia, nuestro interés, nuestra guía y nuestra “humanidad” entiéndase esto como todo lo humano que soy y lo que puedo modelar a mis hijos y la vulnerabilidad que le puedo ofrecer a mi pareja o amigos.

Socio – Cultural – En los años sesentas la sociedad tiene una desviación del curso, se pone en tela de juicio las autoridades, nacen los hippies en USA y en México poco a poco también se permea esa visión. La familia como tal, se modifica, la mujer comienza a salir a trabajar. Los niños cada vez más crecen solos, la TV poco a poco llega a México y por medio de los programas infantiles de todo tipo la manera de ver el mundo un tanto idealizada y dramatizada se instala en el pensamiento colectivo de la gente, comienza la cultura de la TV como medio masivo de información.

Las mamás solteras son cada vez menos señaladas, sin embargo, el tener que hacer de papá y mamá comienza a tener un efecto en la educación de los niños. Ya nos sólo está papá trabajando, sino ahora también mamá o sólo mamá.  Las ciudades se hacen más grandes y cada vez más peligrosas en todo sentido, más autos, más tráfico, más accidentes, se deja de conocer al vecino y los robos y asaltos son cada día más frecuentes. La vida ya no es segura en la calle para los niños, por lo que ya socializar en áreas públicas es menos frecuente, los niños interactúan solo en la escuela.

Llega el internet y se abren muchas posibilidades de conocimiento e interacción, ya no es necesario salir para conocer gente se puede hacer desde una pantalla.  Los papás por su ausencia se sienten culpables y recompensan a los niños con cosas materiales (que dicho sea de paso cada vez hay más cosas que comprar) Las redes sociales amplían la ventana al mundo y lo que el otro POSEE o hace, esto genera codicia de ser u obtener lo mismo y entramos en una espiral descendente a conseguir esto o lo otro, somos presos de las delicias del mundo. Los hábitos que unen a la familia cambian y se desvirtúan: comer o cenar juntos – hacer sobre mesa, interactuar y platicar de todo y de nada, pero en esta acción se forjan puentes de comunicación que se usan para cuando se tiene que tratar temas delicados o penosos.

Se trasladan a preguntas de camino a casa, son las mismas preguntas en automático no generan una conversación, pues no hay un interés genuino de conocer al otro, es más un interrogatorio de rigor.

Educación escolar – Enfocada al individuo | se eliminó por un tiempo la ética y el civismo de primaria y secundaria. Los programas han variado, pero se centra en información que es enseñada de diversas maneras, hay más colegios privados donde se trivializa a los niños, por estratos sociales adquisitivos. 

Se cuida la salud emocional del niño, se dejan los castigos rudos o físicos y ya no se permite maltrato a los niños, so pena de correr al maestro, se cae en el abuso de alcahuetear a los niños y ejercer sobre protección, generamos poco a poco niños poco resilientes y llamados generación de cristal.

Distancia Generacional – Las diferencias mencionadas anteriormente construyen diferentes tipos de generaciones con diferentes realidades, educación en casa, escuelas con programas distintos y modalidades distintas, entornos sociales, interacción entre pares, acceso a internet o no, acceso a comodidades o no, tiempos (los tiempos para conseguir determinadas cosas se han acortado mucho, hoy día casi todo es fast comida fast Entretenimiento, fast entregas fast, etc.) esto genera ansiedad ante la espera, estilos diferentes de paternidad, padres silenciosos, padres duros, papás “conciliadores”, papás helicópteros o sobre protectores. 

Hay que darles a los hijos lo que yo no tuve – genera niños sin resiliencia, alta frustración, poca empatía, idealización de un mundo a sus pies y si le sumas al cuento que “Tú puedes lograr todo” – que no es lo mismo que tiene la capacidad, pero sólo si se combina con más variables que potencien y entonces puedas lograr todo” Sesgo de confirmación – Pensar que mi experiencia es replicable para todas las personas, este mismo ejercicio seguramente será explicado muy diferente por una persona de mi misma edad que creció en la sierra de Oaxaca o una mujer en Chiapas.

Pensamos que nuestra pareja, amigos, hijos vivieron en el mismo mundo que nosotros vivimos.  Entonces como yo veo el mundo asumo que así lo ven los demás y sin querer o queriendo mi interacción busca a otros YO. 

Subjetividad – Como cada uno de nosotros interpreta lo anterior – Ejemplo de los gemelos de padre alcohólico. Todo lo anterior reflejara nuestra “Cosmovisión” la manera de interpretar el mundo.

El mundo no es como es, es como yo lo veo según mi interpretación de las experiencias de mi vida.

¿Dos personas con experiencias diferentes, con usos de la tecnología diferentes, con uso de la información y el entretenimiento diferentes podrán comunicarse? Seguramente si, con voluntad y ganas de desaprender lo aprendido, cuestionar lo aprendido y reaprender del otro, dejar de lado el orgullo y soberbia y saber que se puede aprender del hijo, del amigo, o de la pareja. 

El diálogo buscado, espontáneo, las bromas honestas, el interés genuino por el gusto del otro, la apertura a escuchar cosas que no necesariamente nos gusten, el pensamiento crítico a uno mismo y a las ideas preconcebidas de nuestra generación, a buscar más puntos de coincidencia. 

No me gustan ni entiendo los video juegos, pero a mi hijo sí, no me gustan las novelas, pero a mi esposa sí, no me gustan las películas de terror, pero a ella sí, pues hay que probar y acompañar, de esta manera tendemos puentes de comunicación.